viernes, 18 de abril de 2008

Los tiempos están cambiando


En ésta época que vivimos en la que tenemos que aguantar que unos señores muy bién trajeados y con elegantes y lujosos coches, pagados por nosotros al igual que las facturas de los exclusivos restaurantes a los que van a mimar sus exigentes paladares, aparezcan en la prensa (negra, como el alma de algunos) diciendonos que la cosa va mal, que hay crisis (no será para ellos) con un cinismo que raya en el absurdo, aferrándose en sus cargos como alimañas y depredándose entre ellos sin el más absoluto pudor, promoviendo una Educación basada en no educar y en el mínimo esfuerzo y haciendo que suba la carestía de la vida pero no los sueldos de los que alimentamos ésta democracia enferma, que hace que nuestros hijos no puedan caminar por las calles sin el miedo a algún animal enfermo que esté suelto gracias a la dejadez y sobrecarga de los juzgados sin que se den por aludidos esos altos responsables de nuestra seguridad que viven en una nube de egoísmo espeluznante sin ningún tipo de respeto a la persona, al ciudadano, que paga su hipoteca a duras penas y ve como cada vez, en el supermercado, por el mismo dinero cada vez el carro está menos lleno y nos compran el voto (todo muy democráticamente) por 400 euros de nuestro propio bolsillo, sin reaccionar ni salir a las calles, reclamando lo que es justo, creyendo que no podemos hacer nada y entregándonos ( quien puede) a la seguridad del preso en que nos ha convertido, me pregunto:

Cuando despertaremos? cuándo daremos un golpe en la mesa exigiendo el fruto del esfuerzo agotador que supone llevar todos los días algo para comer y disfrutar de una mínima holgura que nos permita disfrutar de la vida un poco al menos?

Hoy volví a leer el periódico, demasiada realidad de golpe y a domicilio.

Es fácil apretar el cinturón en barriga ajena y como siempre a ellos les conviene, es en esos momentos cuando invierten, jugando con el dinero nuestro.

Por mi parte lo que hago es consumir lo mínimo, no cambio de coche, compro lo justo y no me permito lujos más de lo necesario. me pregunto que pasaría si todos hiciéramos lo mismo, pero para eso, tendríamos que recordar lo que valen los pueblos y volver a sentir que podemos cambiar las cosas, unidos.

O lo mismo hace falta que nos muerdan directamente la yugular para darnos cuenta.

Lo dijo una vez Bob Dylan, Los tiempos están cambiando, ya toca otra revolución.


Pepe Ortega.

jueves, 10 de abril de 2008

Mi Rincón del Arte


En ocasiones pienso que hay que huir de lo ya establecido y ser consciente de la imagen en estado puro, antes de que existieran aparatos capaces de registrar sentimientos, momentos, estaba la pintura muchas veces mejor que una fotografía, entornar los ojos, abstraerse, repasar mentalmente los trazos, la luz.

He tenido ocasión de ver de cerca grandes cuadros, no hay nada comparable al directo, la luz de los cuadros de Velazquez tan viva, la de Vermeer tan transparente, casi voluptuosa, el dominio del claroscuro de Goya, el primer redactor gráfico de su tiempo, La absoluta genialidad de Picasso, las texturas de Pollock...

Y me he pasado miles de horas admirando como incide la luz en los objetos.

Procuro pintar siempre que puedo, ya sea con pinceles o con la cámara, es un ejercicio que hago para que no se me olvide que hay muchas formas de interpretar las cosas, de mirarlas, de soñarlas y de llevarlo a cabo. Cuidar los matices, salirme de mi propio pellejo para poder valorar las cosas en su justa medida, utilizando los estados de ánimo ye intentando plasmarlo en el papel, el lienzo, la pantalla, en definitiva intentar sacar un poco de lo que ingiero visualmente y con los demás sentidos.

En mi rincón del Arte, caben todas las técnicas posibles aplicadas sin miedo.

La delicia y el perfume de mi vida es la memoria de esas horas
en que encontré y retuve el placer tal como deseaba.
Delicias y perfumes de mi vida, para mí que odié los goces y los amores rutinarios.

Konstantino Kavafis, 1917.

Para los que andan un tanto perdidos, para que encuentren lo que buscan.

Pepe Ortega.

martes, 1 de abril de 2008

El Pellizco


El acto de fotografiar es mecánico y digital, por lo del dedo pero no es sólo esto.

Hay que poner todos los sentidos y todos influyen en nosotros a la hora de hacer una foto. Hay que ver el detalle, el momento preciso, el ángulo, la luz, escuchando con todos los sentidos pero no en el momento justo de una fotografía sino antes. Hay que impregnarse del ambiente que culminará en un instante determinado en captar una imagen, como ya previamente se ha preconcebido en la cabeza con todos estos datos, aunque sea el corazón el que presione el disparador. No es sólo captar lo que vemos sino saber reconocer el gesto y lo que significa y hacerlo sutilmente, sin hacernos notar. A veces coincide con que alguien fotografiado se da cuenta y reconoce con su mirada el certero momento que le roban y lo permite cómplice.

Cuando todo ésto coincide la imagen resultante suele tener ese pellizco que hace que no puedas dejar de mirarla y pasa a formar parte de esa fototeca particular que tenemos en la cabeza y que es un referente para seguir aprendiendo que la fotografía no es un derroche de disparos para luego escoger el mejor, Quien fotografía así nunca encontrará nada porque no busca nada.

Fotografiar es vivir, sentir y contar sin palabras, con el Alma, como dijo Inge Morath quién no entendía la Fotografía como un derroche.

Las mil Palabras que vale una imagen son la del discurso del fotógrafo, cuando lo hay, no hay peor cosa que ser fotógrafo y mudo.

No digo ciego porque está Eladio Reyes, un fotógrafo cubano que ve las fotos con los demás sentidos.

"Lo que hace bonita a las flores es el tiempo que dedicamos a cuidarlas"

Antoine de Saint Exupéry.

La foto es Para Daniel Lebrato por los momentos vividos y por vivir y el texto para los que todavía nos da coraje cuando en determinadas ocasiones apretamos el disparador y suenan dos fotos.

Para Tomás Diaz Japón por las veces en que hablamos del "Pellissssco".


Pepe Ortega.