sábado, 29 de marzo de 2008

El Refugio


Esto que véis, es un trozo del lugar donde trabajo, escribo, pienso, me conecto, comparto. suelo tener la ventana abierta y todavía no he podido decorarla a excepción de una lámpara de cartulina negra que me he fabricado con unos sobrantes. El caballete me lo cedió Emilio en la penúltima mudanza y procuro darle uso, aunque siempre pinto lo mismo, barcos sobre olas encrespadas, no sé porqué lo hago, la próxima vez, intentaré algo distinto. El bólido es de Mario, el niño más rápido de radiador springs y de mi casa. Ésta imagen la pongo para todos aquellos que todavía no han podido ver la casa . Éste es mi refugio, al menos un trozo. Pronto pondré algún sofá, una neverita para los botellines y una mesa baja para recibir a los amigos y poder conversar en calma. Éste es mi refugio.

Sobre el tobillo, regular éste fin de Semana, esperemos que el lunes remitan las molestias

Abrazos y besos a todos y en especial a Benito, que yo creo que se va a animar a esto de hacer un blog. Un beso hermano.


Pepe Ortega.

domingo, 23 de marzo de 2008

Últimas noticias



Trás un rato observándolo, descubro que no esta quieto, se mueve hacia la izquierda, no a la derecha, se queda quieto, vuelve a la izquierda, no otra vez derecha. Es la primera vez que vivo de cerca, si se puede decir así, un cielo tan quieto, tan majestuoso y bello a la vez, como un mar de nubes insondable, lejano, . tengo que escoger un trozo y me tomo mi tiempo esperando algún movimiento perceptible, he ahí la noticia, que quiero cubrir hoy, el cielo está parado. Encuadro, enfoco, compongo y, disparo. El espejo de mi cámara se levanta y es el único momento que no veo, valga la paradoja, si la has visto, no la tienes, se dice en nuestra profesión cuando tenemos que fotografiar algo que ocurre en décimas de segundo, como una cogida en los toros.
Vuelvo a mirarlo, sigue su camino, hacia la izquierda, pasando por el Aljarafe hasta Sevilla,  para mirar de cerca a la Giralda y jugar a dar vida a su veleta.
Cierro los ojos, me concentro y me dispongo a dar un salto mental con toda mi energía hacia arriba, levanto los brazos y cruzo la nubes, dejándolas atrás y llegando hasta el borde mismo del espacio. Respiro hondo, miro hacia fuera y bajo, de una vez.
Me siento como una pulga que acaba de dar un salto hasta el borde de una caja de zapatos.
Restos de mi viaje? Éste cielo que tomé para vosotros en éste empeño mío de mostrar un poco de mi mundo, un poco de mi Alma, sin ninguna pretensión más que dejaros unas pocas noticias de mí a esos amigos, los que están cerca, los que están lejos, no hace falta nombrarlos, sólo verlos de vez en cuando.
Abrazos y besos sinceros.
El tiempo no se pierde, se gana, se vive y se recuerda. Comienzo mi día, acabo mi noche.

Pepe Ortega.
Trás un rato observándolo, descubro que no esta quieto, se mueve hacia la izquierda, no a la derecha, se queda quieto, vuelve a la izquierda, no otra vez derecha. Es la primera vez que vivo de cerca, si se puede decir así, un cielo tan quieto, tan majestuoso y bello a la vez, como un mar de nubes insondable, lejano, . tengo que escoger un trozo y me tomo mi tiempo esperando algún movimiento perceptible, he ahí la noticia, que quiero cubrir hoy, el cielo está parado. Encuadro, enfoco, compongo y, disparo. El espejo de mi cámara se levanta y es el único momento que no veo, valga la paradoja, si la has visto, no la tienes, se dice en nuestra profesión cuando tenemos que fotografiar algo que ocurre en décimas de segundo, como una cogida en los toros.
Vuelvo a mirarlo, sigue su camino, hacia la izquierda, pasando por el Aljarafe hasta Sevilla,  para mirar de cerca a la Giralda y jugar a dar vida a su veleta.
Cierro los ojos, me concentro y me dispongo a dar un salto mental con toda mi energía hacia arriba, levanto los brazos y cruzo la nubes, dejándolas atrás y llegando hasta el borde mismo del espacio. Respiro hondo, miro hacia fuera y bajo, de una vez.
Me siento como una pulga que acaba de dar un salto hasta el borde de una caja de zapatos.
Restos de mi viaje? Éste cielo que tomé para vosotros en éste empeño mío de mostrar un poco de mi mundo, un poco de mi Alma, sin ninguna pretensión más que dejaros unas pocas noticias de mí a esos amigos, los que están cerca, los que están lejos, no hace falta nombrarlos, sólo verlos de vez en cuando.
Abrazos y besos sinceros.
El tiempo no se pierde, se gana, se vive y se recuerda. Comienzo mi día, acabo mi noche.

Pepe Ortega.

Ayer se paró el cielo

Tras un rato observándolo, descubro que no esta quieto, se mueve hacia la izquierda, no, a la derecha, se queda quieto, vuelve a la izquierda, no, otra vez derecha. Es la primera vez que vivo de cerca, si se puede decir así, un cielo tan quieto, tan majestuoso y bello a la vez, como un mar de nubes insondable, lejano . Tengo que escoger un trozo y me tomo mi tiempo esperando algún movimiento perceptible, he ahí la noticia, que quiero cubrir hoy, el cielo está parado. Encuadro, enfoco, compongo y, disparo. El espejo de mi cámara se levanta y es el único momento que no veo, valga la paradoja, si la has visto, no la tienes, se dice en nuestra profesión cuando tenemos que fotografiar algo que ocurre en décimas de segundo, como una cogida en los toros.

Vuelvo a mirarlo, sigue su camino, hacia la izquierda, pasando por el Aljarafe hasta Sevilla, para mirar de cerca a la Giralda y jugar a dar vida a su veleta.

Cierro los ojos, me concentro y me dispongo a dar un salto mental con toda mi energía hacia arriba, levanto los brazos y cruzo la nubes, dejándolas atrás y llegando hasta el borde mismo del espacio. Respiro hondo, miro hacia fuera y bajo, de una vez.

Me siento como una pulga que acaba de dar un salto hasta el borde de una caja de zapatos.

Restos de mi viaje? Éste cielo que tomé para vosotros en éste empeño mío de mostrar un poco de mi mundo, un poco de mi Alma, sin ninguna pretensión más que dejaros unas pocas noticias de mí a esos amigos, los que están cerca, los que están lejos, no hace falta nombrarlos, sólo verlos de vez en cuando.

Abrazos y besos sinceros.

El tiempo no se pierde, se gana, se vive y se recuerda.

Comienzo mi día, acabo mi noche.


Pepe Ortega.

lunes, 17 de marzo de 2008

Princesas y dragones


Donde están los Príncipes azules, las princesas que arrojan sus trenzas para que las salven, los elfos y los gnomos, el amigo invisible, el soñar todo el día, la ilusión de los reyes, viviendo al margen de la cada vez más cruda realidad, ¿donde está?, ¿donde se fué?

¿Acaso quedan sólo las heridas provocadas por el tiempo que pasa ante nosotros arrastrándonos poco a poco a la tierra de donde provenimos?

Intento resistirme a éste pensamiento, buscando paz en congelar momentos que puedan recordarme que una vez yo sentí aquella misma sensación de ser el centro de mi mundo y vivir como si cada día fuera el último, agotando hasta las últimas fuerzas en mantenerme despierto para caer rendido y pleno soñando ser el héroe en mil batallas, conquistando princesas y matando dragones.

Ahora, Todas las noches, cuando me vence el sueño pienso que dormir es morir un poco cada noche, para nacer despiertos, con el Sol que nos recuerda cada día, que hay que poner el contador a cero.

A todos los dragones y princesas, a todos los que fueron caballeros. No perdáis la ilusión, Todos los días se nace, Todos los días deberían de empezar con un beso.


Pepe Ortega.

sábado, 15 de marzo de 2008

Luces y Sombras



Gira el haz de luz
para que se vea desde alta mar.
Yo buscaba el rumbo de regreso
sin quererlo encontrar.

Pie detrás de pie
iba tras el pulso de claridad
la noche cerrada, apenas se abría,
se volvía a cerrar.

Un faro quieto nada sería
guía, mientras no deje de girar
no es la luz lo que importa en verdad
son los 12 segundos de oscuridad.

Para que se vea desde alta mar...
De poco le sirve al navegante
que no sepa esperar.

Pie detrás de pie
no hay otra manera de caminar
la noche del Cabo
revelada en un inmenso radar.

Un faro para, sólo de día,
guía, mientras no deje de girar
no es la luz lo que importa en verdad
son los 12 segundos de oscuridad.


Jorge drexler.


Gracias por venir.

Pepe Ortega.

viernes, 14 de marzo de 2008

miércoles, 5 de marzo de 2008

Náufragos

Cuando ocurre el naufragio, nos miramos las heridas y buscamos con la vista algo a lo que agarrarnos para paliar el dolor continuo de los envites de la vida, abandonados a nuestro propio ser.

Yo he encontrado en la vida mucho a lo que agarrarme y también he servido de madero flotante. me di cuenta que entre dos se flota mejor y allí, en medio del océano, se me ocurrió la idea.

Quizás, si nos enviamos mensajes en botellas a lo largo del mar unamos más gente a nuestra balsa y podamos formar una pequeña nave que nos sirva para llegar hasta una costa, a salvo del peligro.

Y poco a poco, voy remando buscando a ver si encuentro a otro, náufrago como yo para empezar el ciclo,  espero, pues no me gustaría darme cuenta, al final de la vida, de que he estado la mitad de mi existencia agarrado a un objeto inanimado, sin vida, por costumbre.

Amarrado hasta el fin a un vacío inmenso.


Pepe ortega.


La esperanza es lo que hace que agitemos los brazos, aunque estemos rodeados de agua por todos lados.

                                                                                                          Ovídio.