jueves, 4 de febrero de 2010

Encuadernación Japonesa


Ésta noche he escuchado una historia, un regalo íntimo de Juan Cobos Wilkins. No era para mí, sino para Siracusa. Un hombre, más o menos pudiente, se encontró a una mujer pidiendo en la calle y le dió una moneda más la mujer le dijo que no le servía ésta si no le daba otra.

Aquel hombre, miró los ojos de la mujer, extrañado por su contestación, pero no encontró en su mirada franca ningún atisbo de avaricia y le entregó la segunda moneda preguntándole porqué necesitaba dos monedas.

La mujer le contestó.

La primera es para comprar pan y alimentos tal como necesito para vivir.

La segunda moneda, es para comprar un jarrón y una rosa.

Para tener una  razón por la que vivir.

El silencio es dificil de mantener, pero uno es esclavo de lo que dice y dueño de lo que calla.

A partir de ahora, ya no habrá más silencio.

Haremos una Radio en Triana.

República independiente.



"Pasé por Triana un día y ví

que la torre del Oro campanas ya no tenía".

Soleá.


 Pero las sigo oyendo.

Buena noche, buén vino, buenas tapas.

Lo normal en Triana.

Hoy primer plato, segundo y postre de poesia.

Gracias a Siracusa, al cangrejo, a carmen, a nacho y al buen humor del dinamitero.



Pepe Ortega.