viernes, 30 de mayo de 2008

La prensa mata

La prensa mata, la prensa engaña, la prensa miente. Mirar el periódico se puede comparar a observar una veleta que se mueve a merced del viento y que no somos conscientes una vez más (la historia es ciclica) de que quien provoca el viento somos la multitud unida en unos ruegos que se han desvanecido al tener satisfecha la necesidad convertida en costumbre de comer varias veces al día y del confort engañoso del teletienda. El hombre ya no es hombre, Los paises y estados pierden la identidad, alienados por unos dirigentes acostumbrados ya al tacto y al olor del cuero añejo en sillones antiguos. Lo que no saben ellos es que otros anteriormente ocuparon esos mismos sillones en la ilusión de ser dueños de todo, de nada. Como dos hormigas en una roca discutiendo de quien es dueño de lo que ven. Mientras, nosotros, observadores de la realidad, nos contentamos con las migajas que nos dan haciendo fiestas como un perro cortijero cuando la noticia tiene más repercusión y suena nuestro nombre y no nos damos cuenta del poder que en realidad tenemos si hubiera una razón, una unidad.

A Nosotros, narradores y ojos del mundo, quizás nos convendría empezar a ocuparnos de contar lo que vemos sin tener en cuenta nada más que el propio espíritu de ser integramente humano, legal, sincero.

Sólo entonces podremos mejorar, que no tiene que ver nada con competir, conseguir resultados, rentabilizar, etc...

A veces aflora alguna luz, un artículo, una imagen, que nos hace pensar en una cierta clase de Esperanza, no todo está perdido.

Si no para que sirve todo este despliegue de comunicación?

Atenas distingue, rollo de papel d periódico, pescado para mañana,


miércoles, 21 de mayo de 2008

Una vida en un cajón


Para encontrar historias, no es preciso irse lejos. Dormimos muy cerca de la nuestra, sin darnos cuenta. Recuerdo haber mirado en el cajón de la mesita de noche de los seres queridos ahora faltan y ahí estaba su historia, alguna foto antigua, un llavero, la cartera que no se usa, dos o tres cajitas, un medicamento, una crema, siempre unas tijeras, un objeto de un amigo, recuerdo también el olor de sus cuartos, de la habitación de mis padres que era como terreno sagrado para mí...es lo único que nos queda de ellos, lo más íntimo, lo que quedará de nosotros.

Más personal no hay nada por eso muestro ésta foto, como un ejercicio de desnudez.

Como el que hago cuando llego a la playa del palmar y camino hacia el agua despojándome de todo lo que sobra, lo dejo caer, todo lo que no necesito, y quedarme yo, sólo, desnudo saltando y gritando al Mar.

Espero que éste verano sea un verano de encuentros, de amigos antiguos y nuevos, de Sol, de Mar, de cante y baile y de, amores y de pasiones nuevas o antiguas, de vivir plenamente y ver atardecer sobre el Mar plácidamente, sin ninguna prisa.

Lo mismo os deseo a tod@s

Besos Sinceros.

Pepe Ortega.

martes, 6 de mayo de 2008

El Alma Dormida


Cuando miro a un espejo, me gusta entretenerme en imaginar lo que hay al otro lado, me causa la impresión de que el reflejo es más real que la carne palpable, me parece, como salirse uno del cuerpo y observarse desde fuera. Un buen ejemplo de ello es la fotografía del espejo y la escalera de mi admirado Chema Madoz, es increible en que mundos entra con sus imágenes.

No todo el mundo sabe, que cuando miramos nuestra propia imagen en el espejo no es en realidad como nos ven los demás, para eso habría que voltearla, es por eso por lo que es difícil muchas veces, reconocerse uno en las fotos, a veces, a álguien de esos que todos conocemos que dicen siempre no gustarles como salen en las fotos, les he entregado su imagen, volteada y han cambiado de opinión milagrosamente, como por ensalmo.

Porqué será que siempre los reflejos, nos parecen más bellos que la realidad, serán la materialización etérea de nuestros sueños?

El yin, el yan, el yon. Yo lo llamo el alma dormida de las cosas. 

Si aspiras a encontrarte a ti mismo, no te mires al espejo, porque allí encontrarás solamente una sombra, un extraño.

                                                                                               Sigmund Freud.

O entra en él, como Alicia, como Bastian Baltasar Bux, como Tolkien, Moebius, Michael Ende, Ana María Matute o Antoine de Saint-Exupéry, en ellos me refugio preparándome mentalmente para la vuelta al trabajo, ya queda muy poco.

 Un abrazo fuerte a todos los que soléis pasar por aquí, por este espejo que es la pantalla de mi ordenador.

Pepe Ortega.