miércoles, 20 de febrero de 2008

Reflejo



Cae la lluvia y deja tras de sí una atmósfera limpia, casi dolorosa de respirar y unas nubes de cuadros que hablan de bergantines surcando territorios azules aún sin explorar del todo. hace falta adentrarse, para mirar el peligro de cerca, para avistar playas paradisiacas o para encontrar el tesoro de una mirada limpia, del ondear de una bandera, de avistar una luz en la costa, sabiendo con certeza que habitan buenas gentes al calor de su lumbre. 

Este conocimiento no se adquiere, en escuela de náutica ninguna, tan solo lo podemos aprender, pasando por la vida fijándonos mejor porque, quien sabe? Quizás a lo mejor, en la esquina siguiente nos encontremos algo que resulte precioso en nuestras vidas y con quién compartir el resto del viaje. Compartir experiencias.

Tan sólo hay que fijarse bién.

Doy fe.



Pepe Ortega.

1 comentario:

Marta G.Brea dijo...

Me encanta el reflejo, y maravilloso texto el que has escrito. No nos olvidemos de abrir bien los ojos, y como dices, nunca perdamos la capacidad de sorprendernos.

Es un placer visitarte.

Bsos