martes, 30 de enero de 2007

Atardece

Cada vez siento más la asfixia de vivir en una ciudad, los ojos se me van siempre hacia las afueras intentando buscar un poco de aire, de tranquilidad, del latir pausado del tiempo detenido en los paisajes del Aljarafe, o lo que queda de él. Hallaré un refugio. Ya me queda poco por dejar atrás toda la prisa, todas las caras marcadas por la mueca del urbano que comulga con la prisa para entrar y dejarme llevar por la otra corriente, la de los hombres tranquilos que no necesitan hablar para comunicarse. Creo que el mosto juega un papel fundamental y crea vasos comunicantes entre los cerebros de los Aljarafeños. Ya queda poco para quitar la reja sabéis? La prisa mata. Tan sólo el vino queda. Pepe Ortega.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y lo que vas a echar de menos después tu triana... Me sorprendes amigo, no sabía que existía en tí tanto mundo interior, tantas alas para tener la capacidad de volar a donde quieras...